Reseña: Cazador de mariposas

Sinopsis: Julia siente que ha perdido una parte de sí misma tras enterarse de que su amada hija ha sufrido un accidente que la dejó en coma. ¿Lo peor del triste asunto? Que Margit se encuentra en avanzado estado de embarazo. La responsabilidad de decidir sobre su estado recae en los hombros de Julia y en los de su ex marido, Fionn, con quien tiene una relación tirante después del divorcio y lo que llevó a este. El tercer implicado es el novio de Margit y el padre de su bebé, un enigmático chico llamado Aleksander. De apenas veinte años y con una extraña profesión que envuelve asesinar mariposas, se convierte en el apoyo de Julia durante el duelo, en aquella cabaña en medio del bosque donde vivía con Margit. Una verdad oculta reside en aquel bosque austriaco, y Julia tratará de descubrirla mientras sigue cada paso que su hija dio, a la vez que intenta no caer en la infame seducción ofrecida por su joven yerno.

Opinión personal: Reconozco que empecé a leer el libro por simple curiosidad. No era la primera vez que leía a la autora y mucho menos un libro con diferencia de edad en el que ella es la mayor en la relación. Aunque la otra novela de la misma autora no pude terminarla por motivos que no vienen al caso, creo que puedo decir sin temor a equivocarme que son muy distintas.

Y tanto que sí.

«Cazador de mariposas» cuenta la historia de Julia, una mujer divorciada que está atravesando un momento difícil debido al coma en el que se encuentra su hija, que además está embarazada, y su yerno Aleksander, un jovencito cuya profesión está relacionada con la caza y conservación de las mariposas.

Julia es una mujer controladora y un tanto egoísta cuyas acciones y decisiones del pasado provocaron que tanto su hija Margit como su exmarido Fionn se alejaran de ella. Sin embargo, debido al accidente de Margit, Julia y Fionn vuelven a pasar tiempo juntos, ya que él es quien se encarga de llevar a Julia al hospital y después a la cabaña en la que pretende pasar una temporada para saber más sobre lo que ocurrió. Es entonces cuando conoce a Aleksander, su yerno, un chico con heterocromía que le parece extraño a primera vista. Desde ese momento las cosas se irán poniendo turbias entre conversaciones que parecen inofensivas (pero no lo son) y lo que sucede en la vivienda durante la convivencia.

A pesar de la personalidad de Julia, no fue complicado sentir empatía por ella; además, se veía arrepentida y con ganas de recuperar el tiempo perdido, aunque al final no fuera posible. Como personaje me encantó porque no es la típica mujer que se ve en los libros: sumisa, tímida y avergonzada. Es todo lo contrario: controladora, un poco manipuladora y desvergonzada, con unos pensamientos bastante impuros con el que considera su yerno.

Aleksander, sin embargo, es un personaje extraño al que llegas a coger cariño debido a la manipulación que ejerce no solo en Julia, también en quienes leemos, pues logra atraparnos con su miel para tenernos sometidas a lo que él quiera hacer con nosotras (menos mal que es un personaje ficticio).

Fionn es, sin lugar a duda, mi personaje favorito. Al comienzo no sabía qué esperar de él ni si me caería bien o mal, pero a medida que avanzaba la trama, me fui dando cuenta de que era buena persona y estaba dispuesto a todo por su hija... E incluso por Julia, aunque esta no quisiese. Él era quien sabía todo, o parte, de lo que había vivido su hija antes del coma, del tiempo que llevaba Aleksander con ella y por si fuera poco, no le caía del todo bien porque, para él, su yerno era un recién llegado en quien no confiaba.

La forma de escribir de Georgina es exquisita, un deleite para los ojos y la mente. Logra transportarte al escenario donde transcurre la historia, convertirte en un personaje más que solo es un mero espectador. Es mágico leerla y te engancha a lo que tiene que contar, porque su narrativa fluye y es poética en ocasiones.

Lo único a destacar de manera negativa, para mí, son los fallos que he encontrado en cuanto a narración y ortografía. No eran muchos y, por suerte, no me sacaron de la lectura en ningún momento.

«Cazador de mariposas», en definitiva, es una historia turbia, con un final entre feliz y amargo, aunque no pueda comentar el motivo para no destripar nada.